Nace este blog... (Avance)

Hacía un tiempo que le daba vueltas. Quería construir un nuevo blog, pero ¿cuándo empiezo?, ¿cada cuánto lo actualizo?, ¿qué finalidad tendrá?
A veces se requiere un tiempo de desconexión para obtener respuestas. Tras un breve viaje a Colera, un pueblo cercano a Portbou y Llançà, en Girona, me di cuenta que lo que quería es un lugar donde escribir de vez en cuando acerca de vivencias, lugares, cine, literatura, profesiones, valores humanos, pensamientos o cualquier experiencia que me llame la atención.
Nuevos retos
Algo distinto a mi primer blog ya clausurado, "Dos días en Colera" va a traer historias nuevas, de mi visión de la vida, y, espero, con mayor osadía y riqueza que aquél.
Quiero escribir porque también es una forma de estar en el mundo. De conectar con los demás. De reír y de pensar, y trascender.
Por cierto, Colera, que en fonética catalana se pronuncia /culera/, viene de "còlera", porque -según cuenta la leyenda- una mujer que vivía en esa zona entró en cólera por los fuertes vientos y la tramuntana del lugar. Yo misma creo que hubiera encolerizado de permanecer mucho tiempo en las calles de ese travieso rincón del norte de Catalunya.
Para quien lea, visite o comente una entrada, gracias por avanzado.
¡A-de-lan-te!
Emprenderé este curso hacia 2010. Y por redundante que sea, cuidado con el viento...

3 comentarios:

Unknown dijo...

Cuando he leído el nombre de este blog (con la forzada ausencia de acentos -"dias"- a la que nos está acostumbrando el mundo de la red) me ha estrañado: he leído erróneamente "cólera" en vez del correcto Colera (que hubiera sido más lógico y fácil para mí que escribo desde Catalunya...). Ahora, tras leer el orígen legendario del nombre de este pueblo ampurdanés veo que no iba mal encaminado...

El nombre del blog me parece acertado. En parte lo inspira la tramuntana, lo cual contacta con la osadía que se nos quiere transmitir (¿cabe mayor atrevimiento que sus fuertes rachas de viento colándose por las calles de Colera sin apenas pedir permiso...?) Y es más: una buena tramuntana despeja hasta las ideas, se las lleva consigo, dejando espacio a las nuevas... Una fuerza purificadora similar a la del fuego pero aplicada a este otro elemento de la naturaleza. A mí, al menos, el fuerte viento me quita el dolor de cabeza... Por cierto, para quien no le guste el viento (que no siempre sopla): ¡Colera y su entorno tienen mil y un encantos más, como todo l'Empurdà! Vale la pena.

Dos días en Colera dijo...

Hola Jaume!
Gracias por el paralelismo entre la fuerza del viento y mis ideas plasmadas en este blog.
De momento, algunas personas de Madrid ya me han comunicado que el próximo verano quieren visitar Colera. Como ves, a la vez y sin darme cuenta, voy haciendo publicidad.
Marta

La Gata Ciempiés dijo...

Benvinguda una altra vegada!!!

No sé que dices de la fonética catalana, será en la vuestra de "Barsalona", que en lleidatà se dice "cOlera" ;-P

Te he dejado un comentario a tu comentario de mi blog. Pásate.

Besos!!!