
Es así. Cuando somos mayores reconocemos el valor de aquel gesto, que nos invitaba a ser mejores y más fuertes. ¡Lo hacemos nuestro, y es un arma invencible!
Cuéntanos un recuerdo de cuando eras niño/a, y que hoy quieras contar en Dos Días en Colera... Lo que quieras.
2 comentarios:
El recuerdo más antiguo que conservo es el de despertar en mi habitación después de un largo sueño en que una multitud de siluetas de colores, cuyas voces eran un simple murmullo ininteligible, me rodeaban. No recuerdo haber vivido antes de esa mañana...
Uno de mis primeros recuerdos es algo que solía hacer cuando tenía tres o cuatro años... ¡Recorrer mi casa con un triciclo!!
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