El metro de madrugada







La línea de Paral·lel a Pep Ventura dura más de veinte minutos. Demasiado tiempo para viajar en metro de madrugada. Ha pasado un día del nuevo año, pero tres jóvenes suben como si aún lo estuvieran celebrando, y aunque los vagones se vacían casi por completo a medida que se acerca Badalona, se sientan frente a mí.
Su conversación, entre gritos y gestos de burla, subía de tono en cada parada. Se me pasó por la cabeza salir de allí y coger un taxi. No lo hice. Poco a poco me percaté que, efectivamente, no iban con unas copas de más sino con droga dentro del cuerpo. Hablaban de putas, se reían de cosas banales y decían insultos sobre homosexuales. Noté que uno de los tres lo era. Se bajaron una parada antes de la mía. Una anterior se lo dijo a los otros dos.

No hay comentarios: